La adaptación del mosquito Anopheles puede poner el riesgo las metas de eliminación de la malaria
La preocupante perspectiva se desprende de una serie de entrevistas realizadas por el portal SciDev.Net a
los autores de sendos trabajos que documentan la capacidad de adaptación que está evidenciando el vector.
El Anopheles, principal género de los mosquitos responsables de la transmisión de malaria, parece estar evolucionando en respuesta a la acción humana en diferentes partes del mundo.
En África se está volviendo más resistente a los insecticidas y en América Latina se está volviendo más adaptable a las zonas urbanas, confirman dos investigaciones recientes.
Un estudio publicado en Nature Scientific Reports muestra que el Anopheles gambiae, el vector más importante de la malaria en África, está desarrollando resistencia genética a los piretroides. Estos compuestos químicos sintéticos son los insecticidas más utilizados para controlar a los vectores de la enfermedad en todo el mundo.
Según el equipo de investigadores de Kenia, Ghana y Estados Unidos, el uso indiscriminado de estos insecticidas para el control de las plagas agrícolas y para preservar la salud pública podría estar detrás de las resistencias de intensidad moderada y alta que encontraron en el ADN de los mosquitos analizados.
Si bien las generaciones más jóvenes fueron más resistentes en comparación con sus padres, los investigadores también descubrieron que la disminución en la aplicación de productos químicos durante por lo menos 15 generaciones propicia que esa resistencia disminuya, con lo que el mosquito vuelve a ser vulnerable a los insecticidas. Ese proceso toma en promedio dos años.
El otro estudio, publicado a finales de octubre también en Nature Scientific Reports, muestra que el mosquito Anopheles está evolucionando no sólo en África: el Anopheles cruzii, principal vector del paludismo en la región de la Mata Atlántica en el Brasil (que incluye a São Paulo y Río de Janeiro, las ciudades más pobladas del país) se está adaptando cada vez más a los entornos urbanos.
La deforestación y el establecimiento de asentamientos humanos en el bosque están cambiando la estructura genética del mosquito. Con menos fuentes de sangre entre los monos y otros animales en los que el mosquito se encuentra de forma natural, va cada vez más a las ciudades en busca de alimento entre los humanos.
Esto está haciendo que su estructura genética sea más variada, permitiendo que los Anopheles cruzii se encuentren con más frecuencia en entornos urbanos
El equipo aún no sabe qué implicará esta variación genética en el futuro, pero el estudio apunta a una mayor probabilidad de que se produzcan brotes de malaria en las ciudades ubicadas en la región de la Mata Atlántica.
Para averiguarlo, los investigadores recolectaron mosquitos a nivel del suelo y en las copas de los árboles en las regiones urbanas, periurbanas y rurales de Parelheiros, al sur de la ciudad de São Paulo. Encontraron más variedad genética en los recogidos a nivel del suelo, lo que apunta a un proceso de evolución en curso.
Autora principal Laura Multini, epidemióloga de la Universidad de São Paulo.